Voy a romper una costumbre familiar: la tradición oral. Aunque pensándolo bien simplemente voy a poner por escrito, las historias que en casa se repetían una y otra vez. Porque nuestra familia siempre se narró a sí misma. Cualquier motivo era oportuno para contar un cuento.
Había cuentos a la hora de la siesta; cuentos en los bancos de los corredores, según les daba el sol; cuentos en las sobremesas llenas de humo en el comedor; en esos largos desayunos en la glorieta, en la sala si hacía frio o llovía….
Vamos a contarles de dónde venimos nosotros y ustedes, para conocernos mejor y saber quiénes somos.
Hablaremos de las personas que por aquí pasaron; de unas sabemos mas, de otras menos, pero el contexto de toda esta historia es La Catalina. Este lugar, más visitado por algunos que por otros, pero conservado con el mismo amor de parte de todos los miembros de la familia, porque forma parte de la historia de cada uno y de la identidad de todos.
FAMILIA ROCCA
Voy a empezar con el antepasado más antiguo conocido, el que llegó primero: SANTIAGO ROCCA (Giacomo)
Había nacido en 1821 en Lavagna, al norte de Italia sobre el mar Mediterráneo a pocos kilómetros de Génova. Hijo de padres humildes, (Bartolomé Rocca y Teresa Podestá) criado en ese pueblo de pescadores y posiblemente sin ninguna oportunidad de progreso, decide probar suerte en América. En 1838, a los 17 años, llegan él y su hermano Jeronimo (19) a Buenos Aires seguramente trabajando en el barco que los trajo hasta aquí. Consiguen trabajo como peones en un saladero haciendo las tareas más bajas en el escalafón: levantando los excrementos de la hacienda. Primero en La Loma, de Prudencio Rosas y Juan Fernandez; después en El Reloj van aprendiendo el oficio hasta llegar a capataz uno y mayordomo el otro.
Con inmenso esfuerzo montan en la calle Lorca y Caseros una fábrica de sebo para velas, cola fuerte y aceite de potro (con este se iluminaban los faroles de las calles). Con las ganancias comienzan a invertir en terrenos, propiedades, saladeros. Compran campos en Ayacucho, Olavarría, Pila, Chascomús. Fruto del trabajo y del sacrificio, ahorrativos y tenaces, se hacen dueños de una importante fortuna. Logran el doble negocio de criar hacienda en sus campos y después faenarla en sus propios saladeros. En 1871, a raíz de la epidemia de fiebre amarilla, se prohíben los saladeros en la ciudad de Buenos Aires. El mal olor de sus chimeneas y el vuelco de los desperdicios en arroyos o ríos vecinos, hace pensar a las autoridades que estos son focos de infección y se prohíbe el funcionamiento de saladeros en la ciudad. Los Rocca y otros saladeristas encuentran en Atalaya, un poblado muy cerca de Magdalena, el lugar ideal para sus fábricas: agua dulce , puerto natural y fácil acceso para las tropas.
De su hermano Jerónimo sabemos que se volvió a Italia en 1874 y construyó cinco barcos de alto porte con los que transportaban a Brasil y a Europa el producto de los saladeros.
Santiago Rocca se casó con Rosa Sanguinetti, italiana también, y tuvieron 4 hijos varones y 4 mujeres.
Bartolomé se casó con Angela Sanguinetti; Antonio con Sixta Alayes, estos son los padres de Santiago H. Rocca; Esteban (murió a los 30 años) con Angela Raffo; Catalina con Juan Terrarossa (de allí venimos); Teresa con Juan Repetto; María con Eduardo Murzi; y Angela con el Dr Aquiles Lemme; Gerónimo, casado con Sara de la Torre, que vivían en una casa con patios y muy larga en la calle Solis. De esta rama vienen los Goti y los Acevedo.
CATALINA ROCCA se casó con JUAN BAUTISTA TERRAROSA quien más tarde fue socio de su suegro. Su hermana Teresa se casó con Juan Repetto, colaborador y también socio de la firma.
Juan Terrarossa, también vino con su hermano mayor a América, a los 14 años. También trabajaron en los saladeros, pero el mayor nunca logró adaptarse; lloraba mucho y finalmente se volvió a Italia. Juan trajo después a sus otros hermanos: Domenico, Antonio y Angelo.
La firma montó un saladero en 1873, La Francesa, en Atalaya, partido de Magdalena. Todavía se pueden ver restos de los edificios, en campos que hoy son de un señor Pitté. Cuando yo era chica, había una gran foto enmarcada en el antecomedor y se leía claramente el nombre del saladero: Santa Teresa, seguramente en memoria de la madre de Santiago Rocca. Sería el mismo? Porque tenían más de uno….
Saladeros.
Pero quisiera detenerme un momento en los saladeros de entonces. ¿Como eran? ¿Cómo funcionaban? Comencemos por las instalaciones: grandes galpones de material y techo de chapa, donde se estaqueaba y mataba la hacienda. Unas zorras que corrían por rieles llevaban la hacienda sacrificada hasta donde estaban los desolladores. En largos piletones se salaba la carne. En otras piletas se sumergían los cueros en salmuera, y luego se los dejaban estirados con estacas por un tiempo a la intemperie. En grandes recipientes se hervían los huesos para extraer el sebo y la grasa. Se utilizaba todo del animal no solo la carne y el cuero: las cerdas, las pezuñas, la grasa, las astas…
Imaginemos un momento el escenario, pensemos en el ruido, en el olor… trabajo insalubre y sacrificado, sin duda. Empezaban antes del alba, 3 o 4 de la mañana. Con las ganancias Juan Terrarossa compró campos en la zona. Uno de esos campos es todavía hoy La Catalina.
Los saladeros perdieron su rumbo y su valor en 1900 cuando comenzaron a funcionar los frigoríficos y se congeló la carne. Era una industria diferente, nueva y desconocida y alguno de la familia hizo un intento de aggiornarse sin éxito y abandonó la idea. Aunque el eje de sus negocios habían sido los saladeros, la casa Rocca Terrarossa se ocupó de sus campos y haciendas y siguió adelante.
Casco viejo de La Catalina.
Sabemos que estos campos habían sido antes de Prudencio Rosas, o de Gervasio, ambos hermanos de Juan Manuel, gobernador de Buenos Aires, en tiempos duros de guerra entre unitarios y federales, y suponemos que lo único que queda de esa época, es el galpón de la entrada, el de material ya casi en sus últimos días. En un momento el campo fue de la familia Urriol, luego de otro que arriesgó mucho en el juego y lo vendía a bajo precio pero urgente. Terrarossa fue el comprador. Las casas de los otros campos de la zona eran modestas. Llevaban el nombre de las hijas mujeres: la Clelia, La Rosa, La Elvira, La Ida. Esta última llegaba a 4 cuadras del cementerio de la Plata.
Para este campo, Juan se reservó el nombre de su mujer, Catalina Rocca de Terrarossa, La Catalina.
(Arriba Juan Terrarosa. Abajo: Catalina Rocca (Mama Grande)
Suponemos que se compró alrededor de 1889, año que Santiago Rocca donó la capilla de Santa Rosa en Atalaya. Ya estaban muy aquerenciados en la zona y los negocios crecían a buen ritmo.
En 1893 la firma Rocca Terrarossa arrendaba Juancho, de 28 leguas cuadradas, propiedad de los Guerrero, padres de Felicitas, que lo habían heredado de su hija, asesinada por Ocampo, escándalo que sacudió a Buenos Aires y del que se habló por años. El cuento de Felicitas Guerrero se contaba varias veces cada verano. Era casi parte de la familia. Y eso que había sucedido varios años antes de nacer Mamma, pero los escándalos tenían otra duración en aquellos tiempos. Siempre rondándonos esta historia, se filmó la película “Felicitas “ en La Catalina hace pocos años. La filmación fue emocionante, no así el resultado artístico…..
La casa existente cuando se compró era lo que hoy es el comedor y las 4 “piezas” que siguen hasta la que está al lado del baño incluída. Frente a la casa, mirando hoy al portón grande, había una cocina y seguramente algún excusado, lejos de la casa, como se usaba entonces, por los olores. Estaba rodeada por completo de pilares y rejas, ya que hasta poco tiempo antes recibían la visita agresiva de los indios. Y por supuesto, la estrella de La Catalina, el famoso e inencontrable túnel que ha dejado tanto misterio a su alrededor.
(Catalina Rocca, con el actual monte detrás con pocos árboles y el portón de la cocina)
(Actualmente)
Familia Terrarossa
Los hijos de Catalina Rocca y de Juan BautistaTerrarossa eran 9:
Juan casado con Zelmira Saguinetti. Padres de Juancito (murió a los 20), Delfor y Perla (murió en un horrible accidente en la Cordillera frente a su marido y a sus hijos).
Elvira casada con José Lizarraga. Padres de Ester, Dora, Raquel, Oscar, Marta (casada con Ricardo Puchuri (padres de Ricardito, Soldado y Carlos Abel).
Clelia (Tela) soltera.
Rosa casada con Arturo Vatteone, padres de Alicia, Haydeé y Arturito.
Alberto, Arturo e Italo solteros.
Ida casada con su primo hermano Santiago H Rocca (padres de Piringo, Chumingo, Yoyo, Camilo, Laurita y Lia).
Catalina Delia (Mamma) casada con Valentin Carro Alvarez (padres de Catalina Delia, Hebe Rosa y Valentín). Nuestra rama.
Cuando nació Catalina Delia, para nosotros Mamma, Mamagrande (Catalina Rocca) tenía 40 años y una nieta Ester Lizarraga a quien Mamma siempre quiso entrañablemente. Tenían solo un año de diferencia. Las personalidades de ambas eran totalmente opuestas: Mamma inquieta, ruidosa y mimada; Ester tímida y callada. La recuerdo sonriente y sonrojada por las cosas que a veces decía Mamma.
Vivían los Terrarossa en Buenos Aires en una casa en Humberto Primo 1640. Nunca vi ninguna foto de la casa de Humberto, como la llamaban. Mamma hablaba con orgullo de esa casa, a la que describía con lujo de detalles; hablaba de sus salas con espejos y los sillones tapizados con terciopelo de Génova. Tela y Mamma amaban esa casa. Pocos de sus muebles están todavía en La Catalina. La casa se vendió cuando murió Mamagrande en 1929.
(Al medio desde la izq: Juan Terrarosa, Catalina Rocca, tía Ida, Santiago Rocca (h), Tela, Mamma y tío Italo)
(derecha Juan Terrarosa, niña de blanco a su izquierda Mamma, atrás desde la cintura de negro Catalina R. y hermanos).
Molino a la izquierda de la pileta actual.
El tunel
Ahora si volvamos al túnel.
Contaba Mamma nuestra abuela , Catalina Delia Terrarossa de Carro Alvarez, que los jóvenes de la familia, incluidos algunos primos como Santiago H. Rocca, estaban ansiosos por entrar del otro lado de la puerta de hierro. El túnel había sido construído íntegramente con ladrillos y había que agacharse un poco para entrar. Mandaron primero un ternero o alguna oveja atada a una soga, pero el animal se asustaba y salía del túnel. Entraron algunos de los jóvenes, atados y con una vela. La vela se apagaba. Se encontró una virgen que tenia grabado 1815 que fue donada a la capilla Santa Rosa. Después de varios intentos, Juan y Catalina consideraron muy peligrosa la aventura del túnel, ya que no se sabía si tenía trampas para los indios. Posiblemente no, no se hubieran animado a entrar, le tenían mucho miedo a la oscuridad. Pero ante la duda (y muy de nuestra familia) dijeron “ se terminó, se tapa la entrada al túnel y santas pascuas”. Juan y Catalina, Papagrande y Mamagrande para nosotros, instauraron sin querer la leyenda misterosa del túnel, al que se accedía por donde está hoy la glorieta y tenía dos salidas, una al monte y otra al campo, pasando el lago. Raro que no encontraran nada cuando construyeron el lago …. Hará unos veinte años hubo un hundimiento de aproximadamente 60 cm. de profundidad, redondo, un metro y medio de diámetro, un círculo perfecto, entre la glorieta y el baño de las mujeres. Algo que ver con el túnel, dijimos. No supimos nada más.
(Atrás el comedor actual)
Casco nuevo de La Catalina.
En el 1900 aproximadamente, Mamagrande y Papagrande llamaron al arquitecto Ferruccio Togneri, italiano, gran constructor de su época. Son obra suya, por ejemplo, La Biznaga de Blaquier, El Pabellón del Rosedal (hoy demolido) y varias estancias más, y le encargaron la obra de La Catalina. Adaptaron lo que existía como casa (nunca se pudieron resolver las humedades de esta parte), se mantuvo parte de los pilares y agregaron el portón; la edificación nueva fue elevada unos escalones más arriba. Se construyo el lago, al que nunca llegué a ver con agua, la nueva y actual cocina, los cuartos para el servicio, despensa, la carnicería, que hoy es el monturero, el galpón de chapa para los coches de caballos que más tarde se adaptó para autos, con fosa y todo.
Seguramente el parque lo diseñó también Togneri. Como se puede ver en las fotos, caminos de conchillas y un diseño muy versallesco, con canteros redondos, muchos bancos para pasear y detenerse. El monte y su palmera con el banco donde se sentaban y seguían conversando. El lago, donde Mama paseaba en bote con Valengo Carro Alvarez, médico, su festejante oficial con quien se casó y tuvo tres hijos. Delita, Hebe y Valenguito.
(Puente actual)
La obra terminó en 1905. El año que está grabado en la estatua negra de la galería. Mama lo decía.
Papa grande (Juan Terrarosa) muere en julio de 1910, a los 64 años. Pocos años pudo disfrutar de la Catalina terminada, seguramente su mejor momento fue mientras la construía.
A Mama grande (Catalina Rocca) le gustaban las cosas buenas y no le importaba gastar, Mamma decía que siempre pedía lo mejor. Su padre, Santiago Rocca murió en septiembre de 1906 y sus propiedades se dividíeron en 8 partes. Al entrar a trabajar en la Casa Rocca Terrarossa, los hijos varones tenían acciones o derechos que los hacía más ricos que a las mujeres de la familia. Más ricos, definitivamente sí. Más fuertes seguro que no. Por eso creo que las casas, alhajas, y otras propiedades se legaban a las mujeres, para compensarlas. A Tela le quedó el casco de La Catalina, y a Mamma el campo de loma alta, sin casco.
Mama grande (Catalina Rocca, foto arriba) muere en 1929 a los 75 años. Mama decía que la reforma agraria se realizaba espontáneamente en Argentina. Al morir Santiago sus propiedades se habían dividido en 8 partes. Una nueva división de campos, esta vez en 9. Mamagrande nunca dejó de ir un verano a La Catalina. Iba en compañía de Tela (Clelia), soltera, hija mujer mayor, tio Juan y tía Zelmira; Delia (Mamma), Valengo y sus hijos Delita , Hebe y Valenguito.
Valenguito, Hebe Rosa y Delita
(Grany y Delita en el león)
Tío Alberto, que administraba y tenía su cuarto en la zona de los varones, la terracita y el baño de adelante, y tio Italo y tio Arturo. A este último lo recuerdo bien, cuando iba a lo de Tela y lo recibían con gancia y quesitos. El resto de la familia iba a La Clelia, La Rosa, La Elvira…. Tenían teléfono y se comunicaban entre estancias. Cuando yo era chica ya no funcionaban, pero estaba la instalación que ocupaba casi toda la pared del antecomedor que era fascinante, llena de tapitas, números, letras, auriculares…. si habremos jugado con Miguito mi hermano durante horas. Imitábamos a la telefonista de Bavio, a quien había que pedirle la llamada que ella anotaba, daba muchas vueltas a la manija y entonces a armarse de paciencia o ir a hacer las compras mientras tanto. La demora era infaltable.
La entrada a La Catalina era por el portón blanco, el que está a la altura de los leones, porque se venía de Bavio, adonde se llegaba en tren, y luego en coche de caballos abriendo y cerrando tranqueras. La ruta 36 se ensanchó recién en los 70, antes era una ruta de una sola mano, y cuando venía un auto de frente había que bajar 2 ruedas. Cuando el de enfrente era un camión, se bajaba por completo; y si llovía el riesgo bastante común era quedar empantanado. Era una ruta muy solitaria, los viernes Mama y otras se sentaban en el banco verde de la entrada y reconocían fácilmente los autos del fin de semana, de los hombres de la familia.
Familia Carro Álvarez, Murray y Fox
La familia de Mamma se agrandó. En 1942 Hebe Rosa su hija de 21 se casa con Percy Miguel Murray, de 23, marino de profesión, aviador naval. En la fiesta de casamiento, Delita su hermana conoce a un primo de él, militar, también de origen irlandés Martín Fox. Delita declara que “algún día se casaría con él o con nadie“. Para desesperación de Mamma, que era fanática casamentera, Martin tardó en decidirse 11 años. La llamaba cada tanto y desaparecía. Una vez que un festejante le llevó a Delita un ramos de flores, Mama le dijo “lleváselo a la Virgen y pedile que te lo cambie” tan propio de Mama…
Al año de este casamiento, en 1943 nací yo, Hebe Inés, con mi padre ausente por una misión en Estados Unidos en plena guerra mundial, de donde volvió exactamente un año después y por fin nos conocimos. Vivíamos todos en lo de Mamma en avenida Alvear 1598 y Montevideo, en el 3º piso, para mí, esa casa era fuente de todas las alegrías posibles. Cuando volvió Papá lo destinaron en la base Punta Indio cerca de Verónica. Dicen que nos costó mucho adaptarnos uno al otro.
(Gran papa, Grany, Hebe Inés y Miguito)
En octubre del 45, en medio del gran surgimiento de Perón, nace Miguel Valentín, Migo, Miguito. Nos vamos a vivir a Puerto Belgrano de donde volvemos para el nacimiento de Patricio en marzo del 49.Ya en Buenos Aires, vivíamos todos en lo de Mamma, seguramente un loquero, pero con la ley de alquileres de Perón no había departamento para alquilar en todo Buenos Aires.
En marzo del 52, muere Tela y Tela (sin hijos) le deja el casco de La Catalina a Mamma, que le había tocado antes La Loma Alta, que no tenía casco. Tela alquilaba en el 6º piso de Alvear, y entre gallos y medias noches fuimos a parar allí los Murray, todo organizado por Valenguito que era abogado y que debe haber visto la oportunidad de recuperar la calma en su casa, el 3º. Era ideal. Vivíamos en el mismo edificio y cada uno en su casa.
(Tela)
(Tela y Mamma con visitas)
(Mamma de negro arriba, y abajo Valenguito, Hebe y Delita.
Si ya íbamos siempre a la Catalina como si fuera nuestra (en eso Tela era inmensamente generosa con nosotros), cuando fue de Mamma no hubo nada que explicar. Al año siguiente por fin se casaron Delita y Martín y al año nacieron Mousi (Teresa) y el Gordo (Martin). Qué revolución esos mellizos!! Qué alegría cuando llegaban!! Juan Gustavo (Juan) nació al año siguiente y se incorporó rápidamente al equipo, que lideraba Mousie, por supuesto. Cuando los mellizos tenían 2 años y medio , un cáncer de riñón se llevó al Gordo en 15 días. Murió en la operación un 29 de octubre. Fue tan grande el dolor que puedo decir que fue el final de mi infancia. La tristeza de ese verano era infinita.
La familia siguió creciendo. En 1957 nace Cynthia hija de Martin y Delita y en 1962 Hebe y Miguel tienen a Florencia.
(Miguito, Hebe Inés y Patricio Murray. Mausi, Cinthia y Juan Fox)
(Vieja pileta: Hebe Inés, ....)
Pero otra vez la vida nos dio un golpe feroz: muere Patricio a los casi 18 años en el camino a Bavio, el 3 de marzo del 67, cuando volvía a la madrugada en una estanciera azul. No sabemos qué pasó esa noche ni cuánto tiempo agonizó a un costado del camino. Lo vieron recién cuando aclaró. Estas son heridas que no cierran jamás.
(Patricio Murray.)
Delita y Hebe: para sus nietos Deli y Granny, dos hermanas entrañables en todo sentido. Tán diferentes y tán complementarias al mismo tiempo. Delita olvidadiza y distraída, Hebe práctica y atenta a todo. Con su prima Lia Rocca y Marta Caride, amiga del alma, compartían todo, alegrías y dolores por igual. La fe y las obras que realizaban en el Socorro hacía más fuerte el vínculo entre las hermanas. Jamás las oí discutir o enojarse entre ellas. Delita murió en 1998 y Hebe vivió hasta enero de 2016. Murió mientras volvía de La Catalina en el auto con Florencia.
Tata, Mamma con Hebe ines, Miguito y Patricio.
Hebe Rosa Carro Alvarez(grany)
LOS HOMBRES DE LA FAMILIA.
De Juan Bautista Terrarossa (1846-1910) sabemos que era muy hábil para los negocios, que tenía la piel blanca y los ojos claros. Varios de sus hermanos vinieron a Buenos Aires y murieron aquí ya que fueron enterrados en la bóveda de la Recoleta. Juan había nacido en 1846 en un pueblito a 60 km de Génova, llamado Carrodano y seguramente por las mismas razones de Santiago Rocca, se vino a la Argentina a los 14 años, ávido de oportunidades de trabajo, fuerte y lúcido. Logró abrirse camino en la industria y en el campo y desarrolló numerosas y prósperas empresas. Se asoció con su suegro y la firma Rocca Terrarossa fue muy prestigiosa y respetada en su tiempo. Fue distinguido por el gobierno de Italia con la cruz de Caballero de la Corona y miembro de la Legion del Trabajo. Murió de cáncer en 1910.
Valentin Carro Alvarez (Tata)(1880-1959 ) era médico, especialista en oído, nariz y garganta. Su padre Pablo Carro era farmacéutico en San Andrés de Giles y su madre Rosa Alvarez Figueroa heredó un campo de su madre Benedicta Figueroa de Alvarez, llamado La Negrita. Tenía 3 hermanos varones, Pablo, Raúl y Agustín que murieron solteros, de tuberculosis. Y tres hijas mujeres: Lita casada con Rodriguez Larreta, La Negra casada con Echagüe, y Maruca (madre de Poupée) casada con Iraburu (tio Burucho). Valengo amaba La Catalina y le gustaba andar a caballo en su gateado, siempre de bombachas y botas. Se llevaba muy bien con toda su familia política, no así con la propia que era bastante peculiar. Tata era callado, cariñoso, protector, cálido. Durante varios años fue jefe de la Asistencia Pública de Buenos Aires. Tenía un carácter muy fuerte pero lo disimulaba. Hebe y Delita siempre fumaron a escondidas en el baño, nunca delante de él. Los últimos años fueron muy tristes ya que el Alzeimer se lo llevó varios años antes de morir en 1959.
Percy Miguel Murray (1918-1980). Sus padres eran Percy Murray e Inés Capdevila. Eligió la profesión de marino, y dentro del arma, la aviación naval. Cuanto tiempo hacía que los hombres volaban? Un rato , …no más… Lo decidió en 1939. Pienso que las noticias de la guerra en Europa donde la aviación era protagonista fundamental , debe haber estimulado su vocación. Le encantaba volar, era paciente, callado, discreto, con mucho sentido del humor, muy querido por sus amigos. Tenía 4 hermanas mujeres, María Inés, Estela, Marta, y Silvia. Llegó a capitán de fragata. A fines de los 50 dejó la marina y entró a trabajar como piloto en un línea aérea comercial llamada Transcontinental. Unos años después la empresa cerró y desde entonces trabajó en tierra hasta su muerte súbita el 3 de diciembre de 1980.
Martin Fox (1911-1986) era militar. Descendiente puro de irlandeses, llegó a coronel. Sus padres eran Martin Fox y Margarita Cormick. Primo segundo de Miguel, y muy cercanos por amistad familiar. Sus hermanos eran Clara, Coco y Ernesto, este último padre de Willy y Marcela, muy presentes en La Catalina. Serio, miraba todo y no decía nada, creo que le gustaba crear un espacio entre él y el resto, provocando un cierto temor. Cuando dejó el ejército entró a trabajar en FIAT, con Valenguito, y estuvo varios años allí. Le encantaba el campo y se ocupó de La Catalina durante muchos años. Un día fue a La Nacion y a La Prensa, y con la fecha de la muerte de Santiago Rocca buscó las notas que se escribieron entonces. Nos trajo fotocopias a los Murray y a los Fox para que conociéramos nuestros orígenes. Nos dio un árbol genealógico de los irlandeses que nos precedieron, casi todos Murray Fox o Fox Murray…. en parte es gracias a Martín que estamos recopilando nuestra historia.
Valentin Carro Alvarez (Valenguito) 1923-1997. Único varón, abogado, exitoso, inteligente y buen mozo parecía el eterno solterón, hasta que se casó con Norma Sanchez en marzo de 1978. Norma fue infinitamente paciente y cariñosa con Mamma y se ganó el afecto de todos. Valenguito fue abogado de FIAT durante muchos años, padeció el secuestro y asesinato de Sallustro, su superior y amigo, en tiempos de la guerrilla. Fueron años de terror en Argentina, iba custodiado pero siempre en compañia de Mario Calzamata, su chofer, que a pesar del susto nunca abandonó su puesto. Murió de un infarto mientras caminaba una mañana de verano por Palermo . Durante más de 15 años, Norma fue invitándonos generosamente a los sobrinos de Valenguito a viajar con ella por Europa. Hoy a los 89 años disfruta del cariño y la compañía de todos nosotros.
El lenguaje familiar
Hay frases muy propias de la familia: “es marca no sirve” es un inútil. “Qué esperanza, por favor, de ninguna manera".
En genovés: “cué de ratelá” tiene ganas de pelear o discutir. "Senza testa” un sincabeza. “trailuschi” de pocas luces. “fa oevi de due ruggi” pone huevos con 2 yemas, me querés contar que es un genio! Todo dicho con mucha ironía, como diciendo, “mirá que no me voy a dar cuenta…. Un plato genovés: “La carne o’geletto”, carne cortada chiquita cocida en vinagre, arroz y papas fritas
El campo.
En los años 50, el campo de La Catalina estaba arrendado y las leyes de Perón no permitían remover a los inquilinos aunque no pagaran o pagaran una miseria. Corrían rumores de expropiación, lo hicieron con campos de Pereyra Iraola, San Juan, sobre la ruta 2. Fueron años difíciles pero jamás se pensó en vender el campo. La Catalina era sagrada. Los hermanos de Mamma vendieron todos, salvo tía Ida y tío Santiago, que conservaron su campo San Antonio en Pila. Mamma se ajustó y vivía con los beneficios de un tambo, rústico y precario, que manejaba Chelín Gotelli con su mujer Yola y sus hijas Lili, Nela y Cuqui. Vivieron mas de 30 años en la Catalina. A fines de los 50 finalmente cayó la ley de alquileres, se produjo el desalojo de Vila el inquilino y se recuperó el campo, con Chelin de encargado. Me acuerdo de la emoción del desalojo, entrar a la casa de Vila, abandonada, hecha pedazos, todo liderado por Valenguito, ya abogado de FIAT y los abogados jóvenes que lo secundaban. Pensándolo ahora, qué jóvenes todos, Valenguito tendría 36 como mucho.
Mamma
Y MAMMA merece un capítulo aparte. Nació en 1894 un 9 de junio. Como decíamos, la menor de 9 hermanos y una personalidad que no se ha repetido en la familia, absolutamente única. Quien supiera reir como se reía Mamma….. antes que nada de si misma. Contaba que cuando era chica había aprendido unos versos en italiano que recitaba con mucha seguridad. Una vez llegó de visita un señor importante y la familia, invitó a Mamma a que recitara lo que ellos consideraban casi una obra maestra, con el fin de impresionar a la visita. Cuando Mamma terminó su actuación y todos esperaban la maravillosa devolución del señor importante, este los miró a todos y dijo: “¿Ustedes se han fijado que esta chiquita es bizca?” Mama lloraba de risa cuando lo contaba. O cuando no podía evitar, recién casada, tocar la bocina exterior de los autos estacionados y Tata la retaba.
Pasaron la luna de miel en La Catalina y Tata le enseño a jugar al billar y lo hacía bastante bien. En su entusiasmo por los casamientos, casó a varias mucamas y cocineras con el mucamo o el chofer. Nadie se quejó nunca. Fue una apasionada de sus hijos y sus nietos, aunque declaraba que no le gustaban los chicos salvo los propios. Nos abrazaba y nos decía cuánto nos adoraba, nos contaba las óperas con el final cambiado, que siempre era trágico, para que no estuviéramos tristes, Romeo y Julieta se despertaban y eran felices por siempre. Los últimos años fue perdiendo la razón y no podía reconocernos. Murió suavemente en su cama el 14 de septiembre de 1985. Para los que no la conocieron, sepan que si hay un fuerte vínculo amoroso en la familia, fue creado por Mamma. Y que fue en La Catalina donde aprendimos a mirarnos y a querernos unos a otros.
Casamiento Hebe Inés y Esteban (1969). Adelante: Mamma, Valenguito, Marcela, Miguito, Cinthia y Florencia. Atrás, Mousi, Delita, Martín Y Lía Rocca
Los 80 de Mamma
Arriba: Florencia, Valenguito, Esteban, Hebe Inés, Marcela, Juan, Mousi, Martín. / Abajo: Granpapa, Cinthia con Micky Murray, Migo, Grany, Mamma con Santiago Murray y Delita)
(Mamma con Miky, Santiago y Pablo Murray, Cuchu Azumendi y Jose Marcó del Pont)
Cuánto valor agregado tienen sus hectáreas! Al menos hasta nuestra generación. ¿Quién no tiene una foto frente al portón en la puesta de sol? ¿Quien no jugó a la casita? ¿Quién no se bañó en la pileta vieja? ¿Quién no jugó a las cartas en la sala un día de lluvia? ¿Quién no escuchó esa calandria que canta en verano y es TANNN la catalina…..? ¿Quién no extraña la palmera chueca de la glorieta, aunque ahora se ve mucho mejor sin ella?
Esta historia es para Esteban y María Azumendi. Para Micki, Santiago , Pablo, Pancho y Tomás Murray. Para Martina, Isabel, Catalina y Anita Gonzalez Urquiza. Para José, María, Nacho, Pacu y Santiago Marcó del Pont. Para Cynthia, James, Tomás y Catalina Smart.
Hasta aquí, nosotros. Hebe Inés, Miguito, Florencia, Mousie , Juan y Cynthia. Los Murray- Fox.
El resto ya lo contarán ustedes.
Hebe Inés Murray (2020)
(Por favor dejar nombre y mail en los comentarios para poder agradecerles
DELIA CATALINA CARRO ALVAREZ (1919-1998)
MARTIN FOX (1911-1986)
TERESA casada con José Marcó del Pont (Pepe)
hijos: José casado con Mariana Gurfinkiel
María
Ignacio casado con Carolina Parodi (+)
Francisco casado con Inés Facchini
Santiago casado con Lucía Podestá
nietos: Valentín, Felipe y Rufino Marcó del Pont Gurfinkiel
Iñaki Marcó del Pont Parodi
José y Justo Marcó del Pont Facchini
Sara y Luisa Marcó del Pont Podestá
JUAN GUSTAVO
CYNTHIA casada con Jaime Smart
hijos: Cynthia casada con Nicolás Giussani
James con Maria Luisa Cristancho
Tomás
Catalina con Alejandro Moy
Bisnietos: Nina Giussani Smart
Mateo Smart Cristancho
Aline y Francisco Moy Smart
HEBE ROSA CARRO ALVAREZ (1921-2016)
PERCY MIGUEL MURRAY (1918-1980)
Hebe Inés casada con Esteban Azumendi
Nietos: Esteban Azumendi casado con Josefina García Fernandez
María Azumendi casada con Gonzalo Petracchi
Bisnietos: Pedro, Tomás y Juan Bautista Azumendi
Simón, Joaquin y Manuel Petracchi
Miguel Valentín casado con Marcela Obligado
Nietos: Micky casado con Florencia Brea
Santiago con Pilar Alonso
Pablo con Mariana Lugano
Francisco con Florencia Estevez
Tomás
Bisnietos: Teresita, Miky, Patricio, Valentín y Luis Murray Brea
Mateo, Catalina y Pedro Murray Alonso
Trinidad, Martina, Benito, Juan Pablo e Ignacio Murray Lugano
Felipe y Lucas Murray Estevez
Florencia casada con Rolo Gonzalez Urquiza
Hijas: Martina, Isabel casada con Tomás Reyes, Catalina con Josh Mc Lean
Y Anita con Felipe Caffarone.
Yo creo que esto es un verdadero e inigualable tesoro y ruego a Dios que cada uno pueda ahondarlo muy profundo en su alma y les quede sellado para toda la vida y recuerden que todo lo que rodea a La Catalina es amor puro por ELLA y por todos quienes la habitaron , la habitan y quienes la habitaràn . Gracias Hebe Ines por semejante legado y mi deseo porque nuestra GRAN familia permanezca unida por los siglos de los siglos AMEN
ResponderEliminarQue así sea flora!
EliminarLa verdad es que es una historia emocionante y muy bien contada. Se ve que tiene trabajo y amor por La Catalina y la familia toda.La reconstruccion de nuestras historias es muy importante en un pais que no valora nuestros antepasados y sus enseñanzas. La historia del trabajo y el compromiso de los inmigrantes que hicieron nuestro pais hay que contarla para recuperar valores perdidos.
ResponderEliminarHebe Ines te felicito por el gran trabajo y el recuerdo a los que te precedieron.Yo mismo me senti parte de la historia.
Gracias Luis O.M
EliminarSe me ocurrio recordar la Iglesia de Bartolome Bavio, donde los asistentes eran los parroquianos de La Catalina y nos tocaba leer las Lecturas. Otro recuerdo es el de un bar cerca de la estacion del ferrocarril, donde con Miguito hemos comido los mejores sandwich de jamon crudo del hemisferio occidental. Estoy seguro que Miguito sabe el nombre de ese lugar.
ResponderEliminarMIGUITO agrega:
ResponderEliminar"Fue muy motivante leer el exelente trabajo hecho por Hebe Ines ya que la mayoría de lo que cuenta lo conocia por oídas y, otras, como testigo por haberlas vivido.
Al leer sus paginas me inundaron los recuerdos, por ejemplo,
1-cuando se menciona que el trabajo en el saladero empezaba muy temprano me parecio escuchar, a Mamma, una vez mas contarnos que, al alba, cuando escuchaba Mamma Grande el baston de su padre en el corredor le decía a Papa Grande, Juan levántate que ya es hora papa ya esta en pie
2- Los viajes a Bavio en el Brec, cuando había llovido y no pasaban los autos por el camino de tierra al pueblo, tirado por la Bocha y la Lunares yunta de yeguas historica, conducido por Mario Calzamata acompañado en el pescante por mi y como pasajeros por Hebe Ines, Patricio, Mausie y Juan . A veces también era de la partida alguien del personal femenino del servicio. Estas excursiones eran alentadas por Mamma que además las financiaba. Todos los gastos se anotaban en la cuenta de LaCatalina .Durante el viaje jugábamos a las cartas, fumábamos, hacíamos chistes etc. Al llegar hacíamos las compras íbamos al Correo y cumplíamos con los demás encargos. Antes de emprender el regreso cumpliamos un ritual infaltable comprar los sándwiches hechos en pan francés de jamon crudo y queso en el bar enfrente de la estación donde, los parroquianos, jugaban al Tute y al Chin Chon. A la vuelta comiamos salamin y galletitas Criollitas que comprabamos en Bavio y de nuevo a divertirnos, reir mucho y, de paso, discutir un .rato
3-Mamma amaba la actuación. Valenguito decía que seleccionaba el Personal de servicio, ,mas por lo que la entretenían que por su eficiencia. Teníamos Temporada de teatro veraniego y Shows. El presentador oficial y principal organizados era Mario Calzamata y el invitado especial era, Saul Dardos Menendez, mas conocido por su nombre artistico el Sr Ruiz de la Calle Corrientes apelativo que se gano una noche de actuación cuando al pedirle Mario que lo presentara como el Ruisenor de la Calle Corrientes invirtió los nombres. Uno de sus dichos preferidos era Meto la mano al bolsillo saco un billete de 500, señorita, las palabras que le digo son todas de casamiento
Por supuesto la espectadora privilegiada era Mamma a quien le preparabamos un sillon especial con flores que lo adornaban frente al escenario, por la que pagaba $ 10
Una noche todo el publico presente se comploto y en medio de la función nos arrojo a los artistas los almohadones que tenían en sus asientos. Tuvimos que escapar por las ventanas de la sala en resguardo de nuestra integridad fisica. Por suerte no tuvimos que devolver el valor de las entradas. Demas esta decir que, en lo sucesivo, eliminamos los almohadones de la decoracion"
MARCELA FOX DICE:
ResponderEliminarHOLA HEBE INÉS!!! COMO ESTÁN? HACE DÍAS LEI LA HISTORIA DE LA CATALINA Y NO QUERIA DEJAR DE COMENTARTE EL PLACER Y DELEITE ENORME QUE ME DIO LEERLA!!
TE FELICITO A VOS Y A CUCHU POR EL TRABAJO QUE HICIERON, REALMENTE MUY VALIOSO PARA DEJAR COMO LEGADO A TODA LA DESCENDENCIA DE MAMMA!!!
ES UN LINDISIMO HOMENAJE A ELLA QUE TANTO HIZO POR ESA ESTANCIA!!!
LEYENDO LA HISTORIA, ME VINIERON A LA MEMORIA TANTOS RECUERDOS FELICES QUE GUARDO EN EL CORAZÓN.
LA CATALINA, Y TODO LO QUE ELLA SIGNIFICA HAN SIDO PARA MI Y PARA WILLIE ALGO MARAVILLOSO, CREO QUE SIEMPRE NOS SENTIMOS PARTE DE ESA QUERIDISIMA FAMILIA MURRAY Y FOX!!
DECIRTE QUE ME ENCANTÓ ES POCO Y QUE LA VOY A VOLVER A LEER!!
TE MANDO UN BESO GRANDE PARA VOS Y ESTEBAN Y FELICITACIONES NUEVAMENTE
MARCELA
No sé si el tener a Hebé Inés como mí amiga entrañable, me autoriza a comentar en este blog.
ResponderEliminarEstábamos en cuarto año, del colegio Santa Unión, y nos sentábamos juntas. Cómo haciamos para contarnos tantas cosas y al mismo tiempo estar presentes a la clase que se desarrollaba en ese momento, no lo sé.
Pero al leer esta reseña que ella escribió no puedo dejar de decir que todo esté tesoro ya formaba parte de su caudal anímico, y que lo iba dejando fluir graciosamente y como lo más natural del mundo.
Todo lo que ella narra hoy, yo lo recibí de sus confidencias juveniles. Eso era lo que más nos distinguía, y me
admiraba , ella tenía toda esta estructura solida e historia viviente
en la cual apoyarse y hacer pie para aventurarse en lo nuevo.
Ella de ahi mamaba fortaleza y seguridad.
Que divina Silvia Kuderli! Gracias por tu mensaje
EliminarMuchas gracias por esta nota. La Catalina lo merece. También es un aporte importante a nuestra historia. Es un lugar poco conocido en la zona y estoy entre los afortunados en haberla podido visitar y compartir una tarde con parte de la familia , que tan gentilmente permitieron mostrarnos esta joya con un grupo de Amigos del Patriminio historico de Magdalena, aproximadamente uno o 2 meses antes de esta nota. Gracias por hacer pública la memoria familiar y por conservar La Catalina en todas sus dimensiones!
ResponderEliminarMuchas gracias rosanna!!
EliminarEsta historia familiar de Hebe Inés refleja la de una Argentina fundada sobre el trabajo, la capacidad, el esfuerzo, la voluntad de progreso y los valores humanos. En estos tristes tiempos en los cuales reina la cultura del subsidio, Hebe nos recuerda -con calidez, inteligencia y gran sentido del humor- la trayectoria de quienes hicieron de nuestra Argentina un gran país.
ResponderEliminarMuchas gracias Eloisa! Acá mamá te manda saludos.
EliminarSoy bisnieta de Don Santiago Rocca Podestá, y después de alos de investigación genealógica, no puedo creer haber encontrado tan completa información. Gracias infinitas!
ResponderEliminarAy como nos gustaría contactarte. No quedo tu nombre registrado en el comentario.... Muchas gracias
EliminarCómo disfruté leyendo la historia de la familia !!! Y qué bien escrito Hebe Inés !!! Gracias !! Soy Marianne Blanc, la mujer de Ricardito.
ResponderEliminarHermosos recuerdos. Quisiera contactarme con usted para hacerle una consulta personal. Muchas gracias. Liliana Sanguinetti.
ResponderEliminarlilianamsanguinetti@gmail.com
Viva Atalaya!!!!!!!!!!!
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